Llegan las fechas donde la sociedad recibe un ataque masivo a las emociones. Reuniones familiares, regalos, ilusión de niños, melancolía, reunión de amigos, más regalos, más reuniones y una sensación “in crescendo” de que se terminen estas fechas. Todo esto con un fondo musical subliminal y constante.
¿Pero cómo nos afecta ese hilo musical, o cómo influye aún más en esos sentimientos tan particulares de las fiestas navideñas?
Actualmente las fiestas están enfocadas desde un punto comercial y dejando en un segundo plano lo que significa religiosamente. Ese hecho hace que para que se consuma más se jueguen con todas las herramientas que tengan a su alcance. Los grandes centros comerciales, las cadenas de radio y televisión se apoyan en músicas que van a rememoran sentimientos de alegría, melancolía, de ilusión.
Esta científicamente probado que las diferentes frecuencias que hay en la música estimulan diferentes regiones del cerebro. Por eso cuando escuchamos una canción triste no nos afecta de la misma manera que una alegre.
Aquí te compartimos un video de explicando mejor este concepto.
Los villancicos navideños, que tienen su origen en las Villas, pueblos de España y Portugal, eran canciones que contaban los hechos más importantes de los lugares durante un año. Luego pasaron a tener solo un tinte religioso, lo que llevo a que se cantaran en las escuelas durante siglos y ahí la tradición y el registro de “felicidad e ilusión” implantada en el inconsciente colectivo.
De esta forma suenan una y otra vez en los supermercados y en todos los lugares donde vayas a comprar, para que tu inconsciente de “felicidad” se active y así te sientas mejor en un sitio lleno de gente, lleno de productos que en muchos casos no puedes adquirir.
No podemos escaparnos de la sociedad ni del mundo como se encuentra actualmente. Viviendo este particular año donde los lazos humanos se vieron afectados y el riesgo de no poder ver a nuestros seres queridos creo que es importante aprovechar lo que nos ofrece la Navidad, un momento de mirar para atrás el último año y aprender para el próximo. Dentro de esta meditación anual ayúdate con la música que a ti te haga bien, no la que te imponen. Porque no lo parece, pero la música tiene mucho poder sobre ti, y eso hay que aprovecharlo de una forma positiva.
Escrito por:
Adry Fernandez
Músico – Educador