El trabajo a distancia no es nuevo, pero se impuso durante la pandemia.

Imagen vía Pexels.

La clave del teletrabajo está en la facilidad generada a partir de las nuevas vías de comunicación, radio comunicación, teléfono, el advenimiento de internet y las vías satelitales. Sus orígenes se deben en gran parte a la extensión territorial de los negocios, implicando la descentralización de actividades (lo que conlleva a un control a distancia), la globalización, la automatización, y en otros casos a la necesidad de largos traslados que requieren tiempos muertos.

A esto se le sumaron nuevos conceptos en la gestión laboral como: la administración y gestión por objetivos; el trabajo en equipo; el concepto de oficina abierta; la revalorización del recurso humano; el ahorro de costos; la automatización de procesos reiterativos; la informatización. En lo fabril, se pasó de un proceso manual y artesanal, a la producción en serie, pasando por la mecanización, la electrónica, y ahora la robótica. Finalmente el auto proceso.

La informática, el uso de internet, su democratización, la libertad de operación, llevan a que cada vez más los individuos realizamos actividades en forma remota y autónoma, ingresando en páginas, tomando decisiones y  operando en los procesos sin necesidad de intermediarios, más que de un programa amigable.

Para trabajar a distancia, existen una serie de requisitos.

Predisposición  y responsabilidad para el trabajo a distancia.

Fuerte descentralización.

No se tiene un jefe o controlador permanente por tanto se es él el único responsable por la tarea, e incluso en la toma de algunas decisiones. Se crea un empoderamiento de quien lo realiza, debiendo tener capacidades de autogestión, auto liderazgo, fuerte disciplina, y capacitación.

Disposición de espacio físico para la tarea. No es un rincón en la casa o algún lugar agregado, sino un lugar adecuado separado del ámbito de la vida cotidiana que no interfiera con la labor. Además de los instrumentos materiales adecuados.

Imagen vía Pexels.

Procesos organizados,  rutinas y horarios.

Disponibilidad de tiempo. En muchos casos implica un desdoblamiento de tareas y tiempos (de acuerdo a las exigencias laborales). Si no se debe cumplir con un horario determinado, el trabajo se puede hacer en los momentos de más tranquilidad de la casa.

Tareas adecuadas al trabajo. No todo se puede hacer remotamente.

Marco legal adecuado. En nuestro país se está trabajando en lograrlo.

Quien y como se controla el trabajo a distancia.

  • Control por horario: mediante sistemas de reportes de horarios o cumplimientos.
  • Control por pantalla: establecería un testeo de actividades en un ordenador.
  • Control por cámaras: no es adecuado, el mismo se haría en un ámbito reservado, violando con ello la vida privada.
  • Control por medio del software: con programas de gestión, por desarrollo de actividades encadenadas e incluso se puede marcar inicio y fin de actividades, o intermedias.
  • Control por productividad: en donde se miden los resultados por actividades realizadas o producción en lugar de presencia o tiempo.
Imagen vía Pexels.

Oportunidades para la libertad laboral y o el negocio propio.

La descentralización de actividades, las nuevas tecnologías, la independencia y libertad de uso de los tiempos, la auto organización y gestión, son  motores que motivan a la realización de actividades por la cuenta. Un hecho que muchas veces las empresas ven con buenos ojos, ya que permiten encomendar a terceros acciones que de otras formas pueden ser costosas.

Lo que se vino, lo que está para quedarse, lo que vendrá

Lo que vino.

Desorganización  y caos por falta de previsiones o conocimientos. Como consecuencia de la pandemia, se produjo una ola masiva de descentralización a favor del trabajo a distancia. En donde ni empresarios, ni empleados, ni los marcos legales estaban dados.

La necesidad de adecuarse y modernizarse. Adaptarse a  nuevas condiciones, dar un paso al vacío y comenzar a emplear técnicas y formas operativas nuevas para la región.

Oportunidad comercial y laboral, principalmente en las áreas de servicios y logística.

Lo que está para quedarse.  

Un sistema de trabajo que ya existía pero a falta de experiencia no se empleaba.

La preparación para este sistema. Capacitación, programación, instrumentación.

Desaparición de las grandes oficinas centrales. Muchas de las grandes corporaciones han abandonado, dejando de arrendar o utilizar grandes superficies destinadas a las actividades administrativas y de gestión. También en el área comercial en donde la venta por internet viene sustituyendo a muchos locales comerciales.

Las empresas flexibles frente a las empresas tradicionales centralizadas, tienen mejor capacidad de adaptación a circunstancias cambiantes. La flexibilización de la gestión en especial administrativa y de atención.

Ahorro de costos tanto de la empresa (operativos), como del funcionario (traslados, comidas).

Lo que vendrá

Las microempresas de gestión para terceros (Freelancers, e-lancers).

La necesidad de personal altamente capacitado, disciplinado y responsable.

La  autogestión por parte del consumidor o usuario por  vía web o aplicaciones.

Automatización de procesos y rutinas reiterativas, con la desaparición de personal.

Desde el punto operativo y  de actualización, esto permite un salto cualitativo al futuro.

En tanto puede tener consecuencia de la desaparición de una serie de gestiones burocráticas, y con ello del personal que lo realiza. Lo que requerirá su adecuación a nuevas tareas y  formas de trabajo.

Escrito por: Lic. Roberto Bogorja