18 de Julio: Jura de la Constitución

Si miramos dentro de nuestra Historia Nacional, tal vez el 18 de julio, no sea de las fechas patrias más valoradas. Sin embargo se cumplen 191 años de la jura de nuestra primera Constitución, algo que ya desde la época artiguista, había sido objeto de reclamo por parte de Artigas, cuando advertía al Pueblo Oriental la necesidad del “contrato” para evitar la “muy veleidosa probidad de los hombres”.

Jura de la Constitución, boceto. Juan Manuel Blanes. Óleo sobre tela, 1872.

Pero vayamos al Uruguay de 1830, aquel pequeño territorio olvidado, que había quedado de lado en la conquista, como “tierra de ningún provecho”, para ser luego la rica “vaquería del mar” o “banda vaquería”. La Banda Oriental en 1813 fue proclamada “Provincia Oriental” en el afamado discurso inaugural del Congreso de Tres Cruces, de abril de 1813, corroborado luego en las Instrucciones de 1813, para ser posteriormente la Provincia Cisplatina bajo dominio portugués y luego brasilero. La  gesta de 1825 nos llevó por caminos independentistas que cerraron el año con los triunfos de Rincón y Sarandí para firmar la paz en 1828 en aquella Convención Preliminar que dispuso la creación de un Estado separado del Imperio de Brasil y de las Provincias Argentinas, para lo cual era necesario una Constitución.

Así visto, parece tan rápido, tan fácil, pero no; hubo un proceso, hubo una maduración, hubo lucha, dolor, pérdidas y triunfos, hasta que por fin alcanzamos un lugar…

Es ese texto, la Constitución, la que nos hizo lugar en el mundo, que nos presentó al concierto de naciones como la “República Oriental del Uruguay”, asociación de los habitantes comprendidos en los nueve departamentos que la forman. Por primera vez en nuestra Historia nos convertimos en un país independiente.

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 Allí se estableció un gobierno republicano porque República era la forma de gobierno que permitía unir la libertad con el orden, claro, era más fácil en el papel que en la realidad pastoril y caudillesca de nuestro país, pero sin dudas era el comienzo.

República, representativa, con división de poderes, y por única vez, en nuestra historia constitucional el país naciente era Católico.

 Un comienzo que no fue fácil, no había hábitos republicanos, las cosas se arreglaban en el campo de batalla, la lucha era fácil para el gauchaje caudillista, y el voto no era considerado aún como un medio válido, como una opción seria para expresar opiniones.

 Pero así fueron nuestros comienzos, la era republicana se había iniciado, y la Constitución se consideró la tabla de salvación de este país, mientras estuviera vigente, seríamos independientes.

¿Qué tuvo defectos? ¡Claro! Pero marcó nuestro nacimiento, y la Constitución es hoy la referencia al estado de derecho, ese que tenemos que guardar y atesorar en nuestra conciencia cívica.  Hoy, con otra realidad, con una complejidad política mayor, debemos tomar conciencia de la seriedad de aquel momento.

 Allí nació el país, para aquellos 74.000 habitantes que había en el territorio nacional, muchos excluidos del derecho al voto, porque la Constitución no los consideraba suficientemente preparados para un voto público que además no era obligatorio.

En medio de tantas carencias materiales, la tarea de crear una Constitución fue titánica, los más estudiosos estuvieron a cargo, José Ellauri fue secretario y el miembro informante del texto, reconoce las dificultades para tremendo trabajo.

Supongo que aquel 18 de julio, hacía frío, pero sin duda lo impresionante del momento arrimaba calor en la entonces Plaza Mayor frente al Cabildo de Montevideo, donde las tropas militares con sus coloridos y brillantes uniformes de gala prestaron solemne juramento a la Constitución, para dar lugar luego al juramento de los civiles que emocionados juraron a Dios y a la Patria cumplir  la Constitución, sostener y defender la forma de gobierno republicano en una ceremonia que se repitió luego en todo el interior del territorio. La solemnidad se acompañó con salvas de cañón que seguro tronaron en el cielo celeste de aquella tarde uruguaya y se hicieron eco en el corazón nervioso de los presentes.

Esa Constitución, estuvo en vigencia mucho tiempo, demasiado, hasta 1919, pero marca el inicio de la tradición republicana, que hoy ostentamos orgullosamente, y hacemos gala de las libertades que gozamos y que ella garantiza, valoremos nuestro pasado.

 Las fechas patrias, son parte de nuestra identidad, esa que nos hace ser orientales, uruguayos, que nos arropa en el Derecho, y guardemos ese tesoro so pena “que Dios y la Patria nos lo demanden”.

Escrito por: Prof. Liliana López.